Las filtraciones subterráneas que descienden de la Sierra La Laguna dan lugar a este oasis en medio de la desértica península. El pueblo fue fundado en 1733 con el establecimiento de la misión de Santa Rosa de Todos Santos. Así, en Todos Santos se cultivan mango, papaya, cítricos, caña de azúcar y aguacate, entre otros. Además de su exuberancia vegetal, este Pueblo Mágico tiene otros encantos que devela lentamente a sus visitantes: la belleza de las playas cercanas —perfectas para el surf—, su comunidad artística, sus hoteles pequeños con excelente servicio y su sorprendente oferta gastronómica.