Calabozos, puentes y dragones

Autores: Rubén Manuel Rivera Calderón

2019

Calabozos, puentes y dragones es un juego sin jueces del que no se esperan ganadores, sino cómplices. Un falso cuento de hadas, en que la voz lírica del héroe empuña la palabra para pelear, cuerpo a cuerpo, por doloroso que sea, con sorprendente e inagotable perspicacia. Bellamente cruel y sincera -en el fondo, siempre sincera- la voz del poeta engatusa al lector; lo lleva de nube para caer con él en su propia trampa, y volver a poner el dedo en la llaga: lo ideal en este mundo es una chispa agonizante que desata incendios, cercanos de tan remotos y profundos. Su lectura nos regala una especie de instructivo erótico-amoroso. Una exaltación de lo femenino en amada obstinación. La insistencia misma se trasmuta en prisión, en límite condenatorio del amor, la libertad y el juego. Una metáfora omnipresente revelada y reveladora: habitamos la prisión que nos habita. No obstante, el encuentro es posible, dos almas se abrazan, crujen, se comparten. El mar es la pócima mágica. Lo erótico reverbera sobre versos incandescentes. El humor su cuela entre líneas y las comisuras de unos labios partidos. La prosa irrumpe, sacude al monstruo circular, hecho de tiempo. Retumban los puentes y atacan los dragones: se hereda la tragedia, la bofetada; el silencio multiplica la muerte en su laberinto de espejos. Y a pesar de la ira, la voz se sobrepone para revelar, exhausta y perpleja, algo que siempre estuvo ahí, detrás de toda masacre, escondido, para que el lector lo descubra.

CÉSAR TALAMANTES